8 de marzo de 2015

Love Me Like You Do - Capítulo 1


Autora: Kang
Grupo: EXO
Pareja: SeTao/TaoHun
Clasificación: +18
Advertencias: AU, drama, lemon, m-preg.
Resumen:

Sehun se entera que su hermano tiene un amante; sí, un amante, por lo que, luego de las súplicas de su cuñada, decide ayudarla a averiguar de quién se trata.
Dicho amante resulta ser quién menos se imaginaba; también, resulta tener un oscuro pasado con el que Sehun está dispuesto a manipularlo.
Pero…
Termina enamorándose de él.


°°°°°°



Capítulo 1
Him


-¿Una amante? – exclamó Sehun.

-Sí, una amante – recalcó su cuñada, Sera –No sé si es alguien del trabajo o alguna conocida…

-¿Estás segura? – preguntó un incrédulo Sehun.

-Es algo que siento, ¿sabes? Hace mucho que nuestra relación ya no es la misma… - suspiró con tristeza.

-Pero Donghae te quiere…

-Sehun – tomó aire y se limpió las lágrimas –Ayúdame a averiguar quién es. No dejaré que arruine a mi familia.

-¿Y si mi hermano la buscó?

-A tu hermano no le convendría pedirme el divorcio. Perdería todo lo que tienen.

Sehun bajó la cabeza. Su madre murió cuando tenía 6 años de edad y desde aquello Sera se había encargado de cuidarlo como si fuera su hijo.

-Tú no, Sehunnie. Jamás te dejaría solo. Eres el tío favorito de Hansol – le acarició la mejilla.

-Te ayudar̩, lo juro. Averiguar̩ qui̩n es esa perra que trata de separar a esta familia Рdijo con odio.

-Cuida tu boca, mira que si Donghae te escucha, te castiga.

-Lo sé.

Ambos sonrieron y se abrazaron. Ellos tenían una buena relación; pero, por otra lado, la de Sehun y Donghae cada vez se desgastaba más.





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-Creo que ya es hora de que vuelvas a casa…

-¿Tú crees?

-Sí, tu esposa debe estar esperándote.

-Bien. Te espero mañana a la hora del almuerzo.




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-Hola, buenas tardes.

-Hola, Tao. Pasa – dijo Sera mientras se ponía su saco.

-¿Vas a salir? – preguntó Donghae.

-Sí, BoA me necesita para unas cosas. Lo lamento mucho Tao.

-No importa – dijo el chino.

-Mami, ¿ya te vas? – a sus espaldas se escuchó la vocecilla del pequeño de la familia.

-Oh, Hansol, mi amor. Sí, mami tiene trabajo – dijo la chica, tomando en brazos a su hijo - Te veo en la noche, ¿OK?

El niño asintió.

Sera le dio un beso en la frente, luego uno rápido a Donghae y salió de la casa.

-Hansol, dile a tu tío que baje a comer – pidió Donghae.

-Ya voy.

La comida fue solamente plática de Donghae y Tao; Hansol ya había terminado y había ido a jugar con su nana; Sehun pasó todo el tiempo en su celular.

-Sehun, ese aparato… - habló Donghae.

-¿Qué?

-Déjalo de una buena vez.

-No quiero.

-¡Sehun! – Donghae era de poca paciencia cuando Sehun se ponía en ese modo.

-¡Agh! ¡No eres mamá como para que tenga que obedecerte! – gritó, se levantó y fue a su habitación.

-Maldito mocoso. Tiene que aprender a respetarme РDonghae se puso de pie y fue tras ̩l.

Tao suspiró. Aquellas peleas entre los hermanos se hacían cada vez más frecuentes.

-¡Abre la maldita puerta! – gritaba Donghae.

-¡No! Vete a joder a otro lado. Déjame en paz – respondió Sehun.

-Estás castigado.

-¡Ya lo estaba! – gritó.

-Pues te vuelvo a castigar – se alejó de ahí. Sehun seguramente haría su berrinche y él no tenía ganas de escucharlo.





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Sehun no supo cuánto tiempo estuvo encerrado en su cuarto; no tuvo ganas de escaparse pues se había quedado dormido minutos después de discutir con su hermano.

Salió de la habitación pues quería ir por algo de comer a la cocina. Lo hizo sigilosamente, pues si Donghae le veía, no iba a dejar de molestarle.

Desde el barandal, se podía ver el estudio de su hermano; su atención se dirigió a dicho lugar tras al fijarse quiénes estaban ahí; Donghae tomó de la cintura al chino y lo sentó en el escritorio, se puso entre sus piernas y lo siguiente le dejó helado; su hermano estaba besando a Tao. Luego el chino se recostó en el escritorio y las cortinas automáticas comenzaron a correrse, bloqueándole la vista.

Sehun regresó corriendo a su habitación. Tenía la respiración agitada. Se sentía mareado, nauseabundo.

Su hermano se acostaba con aquel tipo, con el que años atrás le había presentado como su “mejor amigo”.

-¡Maldito cerdo! ¡Maldito seas! – gritaba con furia. Se sentía peor que engañado. Sera se había desvivido por cuidar de ambos y Donghae le pagaba así, acostándose con otro hombre.

Tomó las llaves de su auto, y a pesar que estaba castigado, salió de la casa y condujo sin rumbo. Paró en el primer bar que vio. No tenía hambre, así que solamente pidió algo de beber; sacó sus cigarrillos y se dirigió a la zona designada para fumar. No sabía si llorar o dejarse consumir por la ira.

-A la mierda con esto – le dio un último sorbo a su cerveza; lanzó su cigarro al piso y entró al bar: se dirigió a los baños y al abrir la puerta, vio a unos tipos drogándose -¿Cuánto por una raya? – les preguntó sin pensarlo dos veces. 

-Cuánto? No eres de por aquí, ¿verdad? – cuestionó uno.

-No.

-Bueno, cortesía de la casa – le pasaron aquel papel enrollado.

Sehun se inclinó y se dispuso a inhalar el polvo blanco.

-¿Qué más tienen?

-¿Quieres más? ¡Pero si estás bien chiquito! – dijo otro de los 3 sujetos.

Sehun no dijo nada, sólo se les quedó viendo.

-Está bien, está bien.

Los tipos vaciaron las dos mochilas que cargaban. El menor sonrió tras escuchar el nombre de una de éstas. Su mente había comenzado a maquilar un plan.





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{Al día siguiente}

-¡¿En dónde mierda estabas?! – fue lo primero que recibió el menor apenas puso un pie dentro de la casa.

-No te importa – le dijo a su hermano.

-¿Tomaste? – preguntó Sera, sumamente preocupada –Y fumaste… - suspiró con tristeza. 
Sehun se había entregado a los vicios y ni ella ni Donghae hacían algo para detenerlo; ambos estaban ocupados trabajando horas y horas.

Sehun se le quedó viendo y su corazón se partió; la chica no tenía ni idea del ser ruin y sucio con el que se había casado.

-Sí – respondió aguantándose las ganas de decirle la verdad.

-¡Eres menor de edad! ¡¿Cómo te atreviste a hacer semejante cosa?! Además condujiste ebrio y tal vez drogado, ¿estás idiota? – gritó Donghae.

Sera se interpuso entre ambos.

-Déjalo ya, no tiene caso que le grites.

-No le defiendas – dijo furioso Donghae –Estoy harto de ti – le dijo al menor. Tomó su saco y sus llaves.

-¿A dónde vas? – preguntó Sera.

-A casa de Tao.

Sehun apretó los puños, furioso. Lo maldijo mentalmente; fue directo a su habitación.





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{Dos días después}

-Y esa es mi ̼ltima palabra Рdijo Donghae.

-¡No! No puedes dejarme en casa de ese… ese tipo – se quejaba Sehun.

-¿Por qué no? Tao es un amigo de la familia – intervino Sera.

Sehun suspiró; sentía que conforme pasaban los días, la culpa por saber la verdad y no atreverse a decirla, le comía vivo.

-No tienes opción – dijo Donghae –Sabías muy bien que nos tomaríamos unas vacaciones, pero como estás castigado te quedas aquí en Seúl.

-Entonces, ¡castígame después! ¡No voy a quedarme con él! ¡Ya no soy un niño!

-Pues tu compartimiento dice que aún lo eres.

-Hazlo, Sehun, por favor, evitémonos de más problemas – suplicó Sera.

-Bien...

-Gracias por aceptar hacerte cargo de ̩l Рdijo Donghae a Tao.

-Sólo lo hago porque tú me lo pides – sonrió el chino.

Sehun tenía la mirada clavada en ellos; aquellas sonrisitas cómplices, aquella forma de mirarse…estuvo a punto de golpearlos.

Donghae, Sera y Hansol se fueron. Tao le indicó a Sehun que pasara.

-¿Quieres tomar algo? – preguntó el mayor.

-Una cerveza.

-No puedo darte eso.

-No te estoy pidieron permiso.

-Ah… está bien – bufó –Siéntate.

Sehun le hizo caso. Tao se dirigió a la cocina.

El menor observaba la sala. Parecía una casa normal, pero, su atención se dirigió hacia una foto de Tao con unos gemelos; luego a unos juguetes amontonados en uno de los sillones.

-¿Hermanitos? – se preguntó.

-Toma – Tao le sacó de sus pensamientos.

-Y bien, ¿qué hiciste para estar castigado? – preguntó sentándose en el sillón con los juguetes.

-Beber, fumar y drogarme – respondió como si nada.

-Ahora entiendo por qué le das tanto trabajo a Donghae.

-Ese idiota ni siquiera se preocupa por mí. Sólo se la pasa pensando en su amante…

Tao se quedó en silencio. Sehun sonrió dándole otro sorbo a su cerveza.

-¿Tienes idea de quién pueda ser? Sera tiene sospechas…

-No, no tengo idea – Tao bebió un poco de su café. Se veía algo nervioso, cosa que 
Sehun aprovechó.

-¿Desde hace cuánto eres amante de mi hermano? – preguntó.

Tao dejó su taza en la mesita de en medio; estaba pálido, como un fantasma.

-¿De qué hablas?

-Los vi la semana pasada en el estudio.

-Debiste haber visto mal.

-¡No lo niegues! ¡Vi perfectamente bien cómo se besaban! – exclamó con ira.

-Sehun…

-¡No dejaré que destruyas a mi familia!

-Yo jamás haría eso. Déjame explicar…

La puerta principal se abrió, deteniendo la discusión.

-¡Mami, mami!

Sehun se quedó viendo a los pequeños que recién entraron. Eran los de la foto. Tao los abrazó y llenó de besos.

-Lo siento, pero insistían en venir - Sehun se volteó y vio a un chico de mirada cansada pero pacífica y amigable que cargaba un guitarra en un hombro y en el otro, las mochilas de aquellos gemelitos que abrazaban a Tao.

-No importa – dijo el pelinegro –Sehun, este es mi hermano, Yixing.

-Dime Lay, mucho gusto.

-Sí… hola.

-¿Y qué hace por aquí? – preguntó.

-Se quedará unos días. Donghae y su familia fueron a pasar unos días a una casa de Sera – respondió Tao.

-Ya veo… bueno, iré a darme un baño. Tengo muchas tareas por calificar.

-Llévate a los niños, ¿si?

-Okay. Minki, Ren, vengan.

-¡Ya vamos!

Una vez que los niños se fueron, el silencio reinó.

-Así que tienes hijos… - murmuró Sehun –¿Son de mi hermano? – preguntó entre dientes.

-No, son de otra persona… pero no quiero hablar de eso – dijo cabizbajo.

-Sé que fuiste amante del maestro de baile de mi escuela.

-¿Qué?

-Yunho, ¿te suena?

Tao negó repetidas veces.

-¿Qué tal Chanyeol? Te metiste con él cuando supiste que terminó con Baekhyun.

-Sehun…

-¿Y Kai? Le hiciste un blowjob en las regaderas de la sala de baile, mientras esperabas a que el maestro volviera de una junta.

-¿De dónde sacas todo eso?

-Tengo mis fuentes.

Tao bebió un poco más de su café.

-Bueno, no niego haber hecho lo que hice – pausó –Pero tu hermano…

-Escúchame bien, porque sólo lo diré una vez. Deja a mi hermano ahora mismo o juro que tus hijos…

Tao se puso de pie y lo tomó de la camisa.

-Mis hijos ¿qué, idiota? Ni se te ocurra hacerles daño porque soy capaz de destruirte lenta y dolorosamente.

Sehun sonrió de lado.

-Tus amenazas no funcionan conmigo – le dijo al chino.

Tao lo soltó.

-Vete de mi casa.

-¿Qué?

-¡Vete! – lo empujó y le lanzó la maleta con la que acababa de llegar.

Sehun maldijo una vez que estuvo afuera. Por suerte llevaba su tarjeta, y logró pasar en un hotel los días en los que se quedaría en casa de Tao.




Continuará…



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