10 de noviembre de 2018

Dynamite - Capítulo 23



Capítulo 23
Mark


-¿Qué pasó? – fue lo primero que recibió a Taeyong y a Doyoung apenas ingresaron a la habitación del primero.

-Taeil, ¿qué haces aquí? – preguntó Taeyong, asustado de ver a su amigo “invadiendo” su cuarto.

-Olvidaste las llaves en mi habitación. Además, estaba preocupado, dijiste que era algo urgente – explicó, levantándose de la silla del escritorio de Taeyong.

-Estoy embarazado – confesó Doyoung.

El mayor de los tres dio unos pasos hacia atrás debido a la impresión.

-¿C-cuánto tiempo?

-9 semanas – respondió Doyoung, sentándose en la cama de Taeyong, puesto que la habitación había regresado a ser individual, su antigua cama ya no estaba.

-Felicidades, supongo – murmuró Taeil.

-Tendremos que ingeniárnoslas con dos niños – dijo Doyoung con una sonrisa melancólica.

-¿Lo tendrán? – exclamó Taeil.

-Claro que sí – respondió Doyoung.

-Les deseo lo mejor - Taeil abrazó a ambos.

Doyoung se recostó en la cama y Taeyong a su lado.

-¿Qué crees que sea? – preguntó el mayor acariciando el vientre de su pareja.

-Niño – contestó Doyoung -Y esta vez seré yo quien escoja el nombre.

-No me digas que— - Taeyong fue interrumpido.

-Sí, Mark.

-Qué lindo – suspiró Taeil -Bueno, no les molesto más – sonrió con picardía y camino hacia la salida, pero se detuvo en seco apenas abrió la puerta.

-¿Pasa algo? – preguntó Taeyong.

-Acabo de recordar que te buscan en control escolar.

-¿A mí?

-Eres el único Lee Taeyong becado aquí, duh – dijo Taeil

-Seguramente es por los resultados de los exámenes para la especialidad. Ya regreso – le dio un beso en la frente a Doyoung y salió de la habitación junto con su amigo.









💥








Taeyong se ponía más nervioso con cada movimiento que la encargada del área de control escolar hacía, pues efectivamente, le daría los resultados de los distintos exámenes que había presentado, pero su expediente no aparecía.

-¡Aquí está! – exclamó la señora, tranquilizando un poco a Taeyong -Tómate tu tiempo para leerlos, regreso en unos minutos.

-Gracias – respondió, tomando la carpeta entre sus temblorosas y frías manos.

Había presentado para tres escuelas distintas, dos en Corea y una en Canadá. Las nacionales le había aceptado, pero la que más le interesaba era la extranjera.

Respiró profundo, tratando de tranquilizar su pulso. Suspiró y abrió el sobre. Sus ojos se abrieron de par en par tras ver el resultado.

-Aceptado – leyó infinidad de veces -No puedo creerlo.

Quiso salir corriendo a darle la buena nueva a Doyoung pero necesitaba esperar a la encargada del área, pues necesitaba darle una respuesta para comenzar a hacer los trámites respectivos. Estaba tan feliz que se olvidó por completo de Lucas y del bebé que venía en camino.

-Firma aquí y comenzamos todo – indicó la encargada.

Taeyong firmó rápidamente y luego de decir “gracias” incontables veces, corrió hacia su habitación.

-¡Me aceptaron! – gritó apenas abrió la puerta.

-¿En dónde? – preguntó Doyoung, entre asustado y sorprendido.

-En las tres, pero me decidí por la de Canadá – explicó.

Doyoung no mostró reacción alguna.

-¿Qué pasa? – preguntó Taeyong.

-Parece que olvidas que tienes una familia – bufó.

Taeyong se cacheteó mentalmente.

-Soy un idiota – suspiró.

-Sé lo mucho que quieres estudiar en otro país – Doyoung se acercó a al mayor tras verlo cabizbajo -Y lo mejor sería que nos fuéramos a vivir ahí, ya sabes, para darle una mejor calidad de vida a los niños.

-¿Estás hablando en serio?

Doyoung asintió.

-Pero no tenemos casa ni conocidos ahí, ¿cómo—

-Mi tía.

Taeyong dio unos pasos hacia atrás, alejándose de Doyoung.

-No, no podemos seguir aprovechándonos de ella.

-Se lo devolveremos con el tiempo.

-Doyoung, no quiero que me odie.

-Te odiará si no aceptas su apoyo – Doyoung volvió a acercarse a él.

El mayor lanzó un largo suspiro.

-De acuerdo, hagámoslo – dijo Taeyong.

Las noticias de aquel día habían cambiado por completo sus planes y, eventualmente, sus vidas.








💥








[Días después]

-Listo, ya tenemos la casa en Canadá – dijo Doyoung tras terminar de hablar por teléfono con su tía.

-¿Estás seguro de que está bien hacer esto? – preguntó Taeyong a punto de arrancarse el cabello por la desesperación y nerviosismo que le provocaba tal cambio.

-¿Quién es el que quería estudiar en el extranjero? – Doyoung se sentó junto a él. Ambos estaban en la sala de la casa de la abuelita de Taeyong.

-Pero no esperaba ser aceptado y mucho menos tener otro hijo tan pronto – acarició el vientre de Doyoung.

-Eres un cerebrito, cómo no iban a aceptarte – dijo Doyoung, tomando el rostro del mayor con ambas manos -Además, más adelante podemos regresar a Corea.

-Dudo que los niños quieran hacerlo – bufó Taeyong.

-No decidas por ellos – advirtió Doyoung.

Taeyong sonrió y apoyó su frente contra la del menor.

-Demonios, Doyoung, me das tanta paz – suspiró en voz baja.

El aludido sintió su pulso acelerarse y sus mejillas arder. No dudó en besarlo. Taeyong recostó a Doyoung en el sillón de la sala; introdujo una mano por debajo de su camisa, acariciando su pecho hasta llegar a uno de sus pezones.

-Vamos… a la habitación – pidió Doyoung -Lucas y tu abuelita pueden llegar en cualquier momento.

-Está bien – Taeyong lo tomó de la mano y lo guió a la habitación; tras entrar, lo acorraló entre la puerta y su cuerpo. Se quitó la camisa con desesperación mientras miraba con lascivia a Doyoung.

-Parece que en este embarazo el caliente serás tú – bromeó para luego besarlo intensamente.

Taeyong lo guió a la cama; necesitaba sentir a Doyoung, agradecerle por haberse dispuesto a cambiar su vida por él.

-Doyoung – susurró en su oído.

-Dime.

-Gracias – dicho esto, le lamió el lóbulo de la oreja.

-N-no… hagas eso.

-Sé muy bien que te derrites cuando lo hago – deslizó su mano hacia el miembro de Doyoung.

-Ah… demonios – jadeó el menor tras sentir cómo Taeyong aumentaba el ritmo de sus embestidas y bombeos a su pene.

Taeyong volvió a besarlo, asegurándose de recorrer con su lengua hasta el último rincón de la boca del otro. Una vez que terminaron, Doyoung comenzó a vestirse por miedo a que llegara la abuelita de Taeyong y Lucas.

-¿Gracias, por qué? – preguntó Doyoung mientras se abrochaba los pantalones.

-Por todo – Taeyong salió de la cama y lo abrazó de espaldas.

-De nada – Doyoung giró un poco la cabeza para besarlo -Será mejor que te vistas, no quiero problemas con tu abuelita.

Taeyong sonrió ante el comentario de Doyoung y obedeció a su advertencia. Su abuelita rara vez tocaba la puerta antes de entrar, así que no podían arriesgarse.

-¿Cómo se ha portado Mark? – preguntó el mayor repentinamente.

-Mucho mejor que Lucas, sólo que me da un poco más de mareos, pero es todo – explicó Doyoung.

-Será un niño tranquilo, entonces – acarició el vientre del menor.




Continuará…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario