Capítulo 24
Tiempo
Tiempo
[10
años después]
-¡Papá Doyoung! ¡Papá Doyoung! Lucas está
viendo “It” – acusó Mark tras ingresar a la habitación de sus padres.
Doyoung, que calificaba tareas de sus pequeños
alumnos de primaria, se levantó de la silla tras escuchar las palabras de su
hijo.
-Y no quiere dejarme ver caricaturas – Mark
hizo un puchero.
-Ok, ok, ya voy – caminó hacia la habitación de
sus hijos -Lucas, abre la puerta.
-¡No!
-¿Seguro de que quieres hacer esto? – antes de
salir de su habitación, Doyoung tomó el juego de llaves que tenía sobre su
tocador en el cual se encontraba el duplicado de la llave del cuarto de Lucas.
-Ya voy – bufó Lucas y abrió la puerta -Eres un
chismoso, Mark – dijo molesto.
-¿Qué te he dicho de esas películas? – reclamó
Doyoung.
-Tengo 12 años, ya puedo verlas.
-¿Según quién?
-A mis amigos sí les dan permiso, ¿por qué a mí
no?
Doyoung rodó los ojos, tomó el control remoto
de la televisión y cambió el canal.
-No quiero ver caricaturas – lloriqueó Lucas.
-Pero Mark sí – respondió Doyoung.
-¿Hasta cuándo podré tener mi propia
habitación? – preguntó el mayor de los niños.
-Hasta que subas tus calificaciones – dijo
Doyoung mientras caminaba hacia la salida -Y nada de pelar, ¿ok?
-Sí – dijeron los niños en unísono.
Doyoung regresó a su habitación y continuó con
su trabajo. Era profesor de inglés en una prestigiosa escuela de Canadá, empleo
que adquirió al año de haber llegado al país. Taeyong por su parte era socio de
una de las clínicas más costosas de Toronto; llevaba casi 5 años con su propio
consultorio; algo que obtuvo luego de mucho esfuerzo, pues acordaron con la tía
de Doyoung que la ayuda sólo sería para Lucas y Mark.
La abuelita de Taeyong se había mudado con
ellos, pues no querían dejarla sola en Corea. La señora tardó en adaptarse al
país, pero lo fue logrando eventualmente.
💥
[Horas
después]
Taeyong acababa de llegar de trabajar; tras
saludar a su familia, se dispuso a preparar la cena con ayuda de su abuelita.
-Hoy papá Doyoung regañó a Lucas porque estaba
viendo “It” – acusó Mark, mientras masticaba un trozo de carne.
-Mark, ¿qué te dije de comer con la boca llena?
– advirtió Taeyong.
-Perdón – respondió el menor.
Lucas soltó una traviesa risilla.
-Y tú – Taeyong miró al mayor de sus hijos
-¿Por qué ves esas cosas?
-Mis amigos ven cosas peores – bufó Lucas.
-¿Y? Son tus amigos, ellos no son mis hijos.
Lucas rodó los ojos.
-Ya no tengo hambre – dijo Lucas, levantándose
de la silla.
-Un momento – la voz seria de Doyoung detuvo
las acciones del niño -Si no terminas de cenar, no irás a al cumpleaños de tu
amigo mañana.
-De todos modos, no me da darás permiso, estoy
castigado por tener bajar calificaciones – bufó el menor.
-Quizá pueda olvidarme de eso por unas horas.
Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de
Lucas, el cual volvió a sentarse en la silla y siguió comiendo.
-¿Ves? Así se hacen los tratos – dijo Doyoung a
Taeyong -Si somos permisivos, los niños pasarán sobre nosotros.
-Pero tú convives con niños todo el tiempo, yo
convivo con señoras millonarias materialistas – bufó Taeyong.
-Pues ya es hora de que vayas aprendiendo, pues
Lucas está por comenzar la adolescencia y con eso más problemas – dijo la abuelita
de Taeyong.
Doyoung no pudo evitar reír ante el comentario.
💥
[Días
después]
Era cerca de las 2:00 AM y Taeyong seguía sin
poder conciliar el sueño.
-¿Qué pasa? – preguntó Doyoung tras hartarse
del constante movimiento del mayor.
-Estoy preocupado.
-¿Por?
Taeyong se incorporó en la cama y encendió la
lámpara que había sobre el buró.
-Hay un médico que me ofreció algo.
-¿Algo? – Doyoung levantó una ceja.
-Tiene una clínica en Corea y está a 5 años de
jubilarse – hizo una pausa para ordenar sus ideas -Y me la está vendiendo.
-¿Qué?
-Es una clínica con bastante prestigio y—
-Quieres comprarla – interrumpió Doyoung.
Taeyong asintió.
-¿Y luego de eso qué? Taeyong, tenemos una vida
aquí, no podemos irnos así como así, ¿ya olvidaste lo difícil que fue cuando
recién llegamos?
-Pero faltan 5 años, pueden pasar muchas cosas.
-Lo sé, pero te conozco y estoy seguro de que
ni el tiempo te hará cambiar de parecer.
Taeyong tomó de las mejillas a Doyoung.
-El lugar es grande, podrías poner la escuela
de tus sueños al lado.
Doyoung relajó el ceño cuando escuchó aquello.
-Ya lo estás pensando – agregó Taeyong.
Doyoung lo empujó con fuerza y se puso sobre
él.
-Eres de lo peor – dijo para después besarlo.
-Y a pesar de eso te casaste conmigo –
respondió Taeyong con una enorme sonrisa.
-Debemos hablarlo con los niños y con tu
abuelita.
-Por supuesto, pero primero cerremos el trato,
¿no? – Taeyong sonrió seductoramente.
Doyoung rodó los ojos y lo besó bruscamente.
Continuará…
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