14 de noviembre de 2010

~El Novio de mi Hermano~ Cap. 8

Capítulo 8:

-Estás muy extraño ¿Qué te preocupa? ¿Qué tienes en esa cabecita? – decía mientras acariciaba los cabellos del rosado

Rato después Eunhyuk ya estaba listo para volver a su trabajo pues prácticamente había “huido” de la empresa ya que necesitaba aclarar lo que Miinah le había dicho.

- Nos vemos al rato – dijo Eun, Sungmin de removió pesadamente entre las sábanas

- Hmmm - ese fue un “sí”

- Te amo – le dio un beso y se fue

Sungmin, por su parte, volvió a quedarse dormido

*En ELF Entertaiment*

Un auto negro último modelo, estaba estacionado en la puerta de la empresa, de éste se bajaba Kyuhyun con sus típicos lentes obscuros resaltando su “masculinidad”.

No podían faltar las secretarias chismosas, que quedaron alucinadas al ver como Kyuhyun se comía los labios de Miinah.

- Me tengo que ir – dijo la chica

- Está bien, ¿te paso a buscar? – se ofreció mientras que veía de reojo a
las “lindas” secretarias

- ¡Sí! – respondió entusiasmada

Kyuhyun se subió de nuevo a su auto, lo puso en marcha y partió a su departamento

- ¡¿Sales con el VICEPRESIDENTE?! – preguntó una secretaria

- Sí, ¿algún problema?

- Nada, solo que antes de que fueran novios, él se acostó conmigo – dijo orgullosa
Miinah, soltó un suspiro y trató de ignorar el tema, algo como eso era de esperarse Kyuhyun es un “mujeriego” de primera y no puede hacer nada contra eso.

*En el departamento”

- “¿Dónde está Min?” – se preguntó - No lo he visto desde que pasó lo del baño

Fue a la habitación del EunMin

-“Pero qué…mi hermano” – pensó rápidamente al encontrarse con un Sungmin profundamente dormido, tapado con las sábanas solamente lo necesario; salió molesto, no se podía explicar el porqué de su reacción, se encerró en su habitación, trató de calmarse, pero lo único que consiguió fue aumentar más su ira - “¿Por qué me siento así?” – se preguntaba, se puso a jugar sus videojuegos, logrando distraerse

Llegó la noche

Sungmin andaba buscando en el refrigerador los ingredientes necesarios para la cena, pues Eun le había dicho que preparara algo rico.

- ¡No hay nada! – gritó histérico al ver la alacena vacía

- ¿Por qué gritas? – preguntó Kyu

- “Vamos Sungmin, decidiste olvidar lo ocurrido” – se repetía mentalmente - No hay nada de comida, necesito ir al súper - cortó

- Yo te llevo – se ofreció Kyu

Min pareció meditarlo por un momento

- Está bien – no le quedaba de otra pues su licencia ya se había vencido

- Espera, voy a cambiarme – subió a su habitación, al cabo de un rato bajó vestido con una camisa azul y un pantalón negro, ambos ajustados remarcando su bien formado cuerpo

Sungmin que estaba distraído jugando con su celular, quedó embobado al ver a Kyuhyun con esa ropa.

-Vamos – dijo

Min salió de su transe y siguió al menor. Para su mala suerte el súper quedaba bastante lejos del departamento. Tenía la mirada clavada en la ventana según el “observando” las calles.

Kyuhyun desde hace ya un buen rato se había dado cuenta de que Sungmin lo veía de reojo, provocando que su ego subiera, ya que su plan no era llamar su atención, pues la verdadera razón por la que se vistió así fue porque no tenía otra ropa más que esa.

-“¡Ya Sungmin! ¡Deja de verlo! ¿Qué tal si se da cuenta? ¡Es su culpa! ¡¿Para qué se
viste así?!” – sin duda alguna tenía un pleito mental

Por fin llegaron al tan esperado súper, Sungmin se bajó rápidamente, debía despejarse, todo el camino con Kyuhyun fue un tormento para él.

Una vez que encontró todas las cosas, pagó y se fue rumbo al estacionamiento donde, se supone, Kyuhyun debería estar esperándolo.

Con la mirada buscó y buscó ese bendito auto negro hasta que lo encontró en el fondo de dicho lugar.

-“¿Qué rayos hace hasta ahí?” – se preguntó, tendría que caminar un montón pues el
Sr. Kyuhyun andaba coqueteando con unas chicas que pasaban por ahí

Cuando llegó aporreó las bolsas arrugando un poco el coche, Kyuhyun casi lo mata con la mirada, abrió la cajuela y siguió de “amoroso” con las muchachas, ignorando por completo al pobre conejo.

Sungmin terminó de subir las bolsas y cerró con fuerza la cajuela, se subió del lado del copiloto.

- Vámonos – masculló

- Mereces que no te lleve – dijo con voz baja - Bueno chicas, nos vemos – se despidió, apenas las mujeres se fueron, jaló a Sungmin, (quien estaba perdido mandándose mensajes con Eunhyuk) - ¡¿Qué mierda te sucede?! ¡¿Cómo te atreves a golpear a mi bebé?! – reclamó refiriéndose a su auto

- ¡Estás engañando a mi prima! ¡Cómo te atreves! – dijo mientras continuaba apretando las teclas de su celular

- ¡Deja ese maldito teléfono! – se lo arrebató - Te cobraré lo que le hiciste a mi coche -dicho esto lo besó, llevándose consigo el aire en los pulmones de Sungmin quien agitado logró separarse del menor - Sungmin, no te resistas, ¿crees que no me iba a dar cuenta de cómo me veías? No soy tonto – le dijo

- ¡¡No!! – Kyuhyun volvió a abalanzársele ahora devorando su cuello, acomodándose entre sus piernas, luego con agilidad le desabrochó el pantalón y metió una mano -Ah…-se removía entre los brazos del bebé, con fuerza, se aferraba al mueble del auto - ¡K-kyuu! – se vino en la mano del nombrado, quien soltó una carcajada

- Que fácil caes, eres muy débil – volvió a reírse, puso en marcha el auto, Sungmin estaba muerto de vergüenza, coraje, tristeza, Kyuhyun tenía razón. Era débil

- “No puedes llorar, no enfrente de él” – se repetía mentalmente, pero su autocontrol se esfumó, comenzó a sollozar

- Deja de llorar, te ves ridículo – le dijo secamente

El resto del camino fue completamente silencioso. Llegaron al departamento, Sungmin bajó las bolsas ya que Kyu había desaparecido prácticamente.

Comenzó a preparar la cena, puso la mesa y esperó a que su novio llegara, después de un rato llegó Eun, Sungmin lo recibió feliz, él era el único que lo hacía reír. Pero no podía negar que las palabras de Kyuhyun le dolían.

- ¿Y Kyu? – preguntó

- No sé – cortó - Olvídate de él, pasemos un rato juntos - dijo melosamente el conejo

Pasaron las horas y la pareja EunMin se encontraba profundamente dormida, bueno más bien Eun, pues Sungmin necesitaba su celular pero Kyu no estaba, cansado de esperar se metió a la habitación del menor y comenzó a registrar sus cosas, topándose con una infinidad de números telefónicos y para su sorpresa, con un paquete de condones.

-Por lo menos se protege – dijo

Continuó buscando hasta que…

-¿Buscabas esto? – preguntó una voz bastante conocida

Sungmin pasó saliva y se giró con temor

- ¡Dámelo! – exigió

- ¡No! Si hay algo que odio, además de ti, es que entren a mi cuarto y más ¡que revisen mis cosas! – estaba a punto de explotar

Jaló a Sungmin del brazo y lo estampó boca abajo contra la cama

- De esta no te salvas conejito – susurró y comenzó a despojarlo de sus ropas

- ¡D-detente! – pedía - ¡NO! ¡Me duele! – gritaba pues Kyu había entrado en él sin avisarle, lastimándolo más que la primera vez - ¿Por qué eres así? – soltando lágrimas - ¿Qué te hice?

- ¡Me quitaste a mi hermano! – aumentó sus embestidas

- ¡Ah! ¿S-sólo por eso me tratas así? - preguntó

- Y porque tú te lo buscas con tus acciones y tu…mmm…cuerpo – no podía creer lo que había dicho; para que Sungmin no le dijera nada, lo volteó y besó sus labios con pasión, luego subió las piernas del mayor a sus hombros, llegando hasta el fondo, topando en el punto que hacía delirar al rosado, trató de seguir dando en él con el único propósito de distraer la mente del otro y que se olvide de lo que había dicho momentos antes

- ¡V-voy a…venirme! – Sungmin terminó manchando las sábanas, el menor terminó dentro de él, una vez que tranquilizó su respiración, se levantó de la cama

- Te lo merecías – dijo con desprecio y se encerró en el baño, le dolieron tanto esas palabras, pero tenía que alejarse del conejo antes de que fuera demasiado tarde

Luego de un rato Sungmin se levantó como pudo, se vistió y fue a su habitación, no podía parar de llorar, ¿siempre tenía que portarse tan sumiso cuando Kyu se lo hacía? ¿Por qué? ¿Por qué simplemente no lo golpea y ya?

Se bañó rápidamente, necesitaba arrancar de su cuerpo el olor de Kyuhyun; se acostó junto a su monito y se durmió.

Kyuhyun salió del baño, al ver que el mayor ya no estaba, explotó, empezó a botar sus cosas, quitó las sábanas de su cama, las tiró al piso, sentía como las lágrimas recorrían sus mejillas, no podía creerlo, estaba llorando, Cho Kyuhyun, estaba llorando. Se sentó en la cama y con las manos tapó su rostro, ya no podía evitar ese sentimiento.

-Hay Sungmin…– suspiró - lograste que me enamore de ti…

Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario